No conozco la literatura argentina tanto como para saber si la afirmación de Vlady Kociancich es certera o no, pero me parece sugestiva y resulta interesante el argumentario que monta en torno a la literatura fantástica y la natural aceptación e integración que esta tiene en Argentina: La visita de la señora Woolf.
«Creo que si uno buscara señalar el lado excéntrico de la literatura argentina, lo que aparecería a primer golpe de vista es nuestra peculiar identificación con la literatura fantástica. No con esa literatura en sí, con sus reglas de juego que desde los más remotos orígenes de la narración demandan seres sobrenaturales, metamorfosis, anillos mágicos o viajes en el tiempo, sino con su expansión bajo la piel de autores y lectores argentinos. Entre nosotros, el necesario suspenso de la incredulidad alcanza el rango de una curiosa fe en hechos inexplicables o maravillosos a los que no pedimos más que una gota de verosimilitud para aceptarlos como hechos reales. Un rasgo del carácter nacional que se manifiesta una y otra vez a lo largo de años como los rasgos de familia, dispersos pero inconfundibles.»