Javier Peláez desgrana la historia en que se basa la conocida canción de Silvio Rodríguez, en el último adios del pintor de las mujeres soles. Si no la conocen, al final del artículo pueden oír la canción.
«Hace tiempo me encontré con la verdadera historia de este pintor iluminado… De cómo murió de cancer cuando se disponía a luchar en Francia contra la enfermedad y de cómo su última voluntad fue dejar sus cuadros a los pocos a quien había querido, pidiéndo tan sólo un trozo vacío de pared para sostenerlos…»