La Patagonia tiene su propio monstruo del lago Ness: se trataría de un plesiosaurio que todavía nadaría por las aguas del lago Nahuel Huapi. Pablo Capanna explica la leyenda en El monstruo turístico.
«Fue en esos días cuando un diario canadiense dio a conocer el avistamiento de un animal desconocido en el lago Nahuel Huapi. Un tal George Garret, empleado de una compañía norteamericana, recordaba haberlo visto en 1910 y recién se animaba a contarlo. El animal tenía unos siete metros de largo y un cuello muy largo que sacaba del agua.
En esos mismos días, Onelli recibió una carta de Chubut. Venía de otro yanqui, Martin Sheffield, que había comenzado su carrera como sheriff en Texas, y había andado por todo el Sur argentino buscando oro. Aunque la leyenda diga que había llegado allí siguiendo el rastro de Butch Cassidy y Sundance Kid, que vivían en la región desde 1894, mucho antes de que los legendarios bandidos se instalaran en Cholila.
Sheffield se había casado con una aborigen que le había dado doce hijos, y era conocido en la zona como “el cowboy-cacique”. Años antes había trabajado como baqueano para Onelli y Moreno, pero ahora se había afincado y se dedicaba a la ganadería.
En la carta que le envió a Onelli, Sheffield decía que había encontrado huellas de un animal de gran porte en un lugar hoy conocido como Laguna del Plesiosaurio, en la zona del lago Epuyén. En otra ocasión había llegado a verlo: tenía cuello largo y cabeza de cisne. Su cuerpo era de cocodrilo y nadaba como una tortuga.
En realidad, la laguna no reunía las condiciones mínimas para albergar un plesiosaurio. Tenía 300 metros de ancho y apenas cinco de profundidad. Hace pocos años, la anciana María Sheffield, última sobreviviente de la familia, reveló que cuando tenía ocho años ella y su hermano habían sido los primeros en ver al animal. Pero lo recordaba “cubierto de vello amarillento, echado en la orilla y bramando como una vaca”: nada que se pareciera a un lagarto.»