Como siempre que ocurre algo tan espantoso como la violación de una menor por parte de otros menores, inmediatamente hay voces que presas de la ira piden un endurecimiento de penas o una modificación de la ley. Isaac Rosa dice con cierta ironía que No es lo mismo un niño que un menor.
«A los pequeños delincuentes nunca los llamamos niños, por corta que sea su edad. Son siempre menores, cuando no adolescentes, o incluso jóvenes. El tratamiento de niño lo reservamos para quienes merecen protección. Con la elección de términos ejercemos presión sobre los oyentes. Fíjense por ejemplo en el debate sobre el aborto. Los antiabortistas, para conmovernos, hablan de “niñas que abortan a espaldas de sus padres”, aunque tales niñas tengan dieciséis años.»