Como hemos visto por todas partes, se cumple el aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Cincuenta y nueve años hace ya que Tintín, gran reportero y mejor persona, pisó la superficie lunar acompañado de sus amigos. Lo cuenta Rafael Marín en Tintín en la luna.
«Adelantándose casi veinte años al proyecto Apolo, el primero de los dos álbumes, entre bromas chuscas, detectives repetidos que meten la pata, científicos sordos, capitanes borrachines y perros sabios, nos muestra los preparativos del viaje, a veces con prolijas explicaciones técnicas que ahogan las viñetas, pero de vez en cuando asoma la espectacularidad de ese hermosísimo cohete a cuadros rojos y blancos, capaz de ocupar toda la página para que pueda resaltar su esplendor gargantuesco. El segundo álbum no rehúye lo que luego hemos llegado a considerar tópicos del tema: la falta de gravedad, las colchonetas donde los personajes se sujetan, los paseos por el espacio y la pérdida de asidero, los paseos por la superficie lunar, los problemas para el regreso, el topo infiltrado en el grupo de expedicionarios o la carencia de oxígeno: quiebros argumentísticos luego o entonces mismo vistos una y mil veces en todo viaje a la Luna que se preciase… y que, superada la fecha de caducidad que proporcionó la hazaña de Neil Armstrong y el Apolo XI se trasvasa hoy sin cambiar un ápice a Marte o Júpiter.»