Genial, y breve, Jaime Rubio, con su versión, La liebre y la tortura. Y no digo más.
«_La liebre y la tortura_ es un cuento clásico para niños que nos enseñó que a veces es necesaria la mano dura. Fijémonos en el argumento de la historia: ¿quién gana la carrera? No es la blanducha liebre, por muy graciosas que sean sus orejitas y divertido que sea su hociquillo. Su inocencia vegetariana no le sirve para nada ante la efectividad brutal de la tortura. La tortura gana porque es capaz de agarrar a la liebre por el cuello…»