He pasado toda mi vida bajo el signo de la inflación, y no entendía por qué todo el mundo le tiene a la deflación más miedo que al coco y juran por sus santas madres que no va a suceder. Marc Vidal explicaba en enero cuán perniciosa es en El virus de la deflación Como la entrada es antediluviana y el panorama no ha mejorado en este lapso, mi inicial inquietud de ignorante deja paso al vértigo.
«La deflación es un virus. El virus debe contar con un hospedero vivo para reproducirse, invaden las células y alteran el material genético responsable de su funcionamiento normal, con la finalidad de reproducirse en su interior. Un virus no actua hasta estar bien instalado en el interior del sistema, lo mismo pasa con la Deflación, no se evidencia y no se pone en marcha hasta que el sistema ya está técnicamente sin defensas. La inmunodeficiencia económica que provoca una recesión aumenta el riesgo de la deflación, y ésta, a su vez, ayuda, una vez está ya en el interior del problema, a que la crisis aun sea más dura.»