En un artículo deprimente Scott Gates y Simon Reich desmontan algunos clichés que se repiten siempre que se habla de los niños soldado para mostrar una realidad mucho más cruda: Depende: niños soldado.
«“La globalización los ha creado”
No es así. Se suele hablar de ellos como si fueran algo nuevo, un producto de la llegada de armas baratas y dinero a los Estados más desastrosos del mundo desde que acabó la Guerra Fría. Pero la verdad es que existen menores combatiendo desde hace milenios. Los espartanos de la antigua Grecia, por ejemplo, utilizaban a niños incluso de siete años. Mucho más tarde, la Armada británica reclutaba a chicos como grumetes y como “monos de pólvora” encargados de preparar los cañones durante los siglos XVIII y XIX. También en la Guerra de Secesión americana luchó un gran número de menores, en ambos bandos.
Lo que ha cambiado es que ahora somos conscientes de que existen niños soldado, gracias a las observaciones, las informaciones e incluso el espectáculo hollywoodiense. Y ha coincidido con un cambio radical en la percepción de la infancia, al menos en el Occidente industrializado, donde se considera que los primeros años son un periodo sagrado, reservado para la inocencia, el aprendizaje y el juego. La visión occidental de que los menores necesitan cuidados es atípica en gran parte del resto del mundo, donde son un recurso económico más en las granjas, los hogares, los mercados y las fábricas.
En cuanto al papel del tráfico de armas pequeñas, aunque no hay duda de que la imagen de un adolescente blandiendo un AK-47 es aterradora, la mayoría de los niños soldados no toca jamás un arma. Además, en muchas guerras recientes, el arma preferida ha sido el viejo machete, por encima del fusil.»