Tom Abate explica como los zepelines vuelve a ser utilizados, sobre todo por gobiernos con escasos recursos, como paltaformas de vigilancia o como repetidores para internet y telefonía: Dirigibles, satélites de los países pobres
«Vorachek sostiene que independientemente de la forma en que se construyan, los zepelines constituyen una plataforma de observación ideal ya que se mueven lentamente y pueden permanecer en el aire por más tiempo que otro tipo de aeronaves de vigilancia, como por ejemplo, aquellos sin tripulación. Además, son más baratos de construir y operar que cualquier otro aparato con igual finalidad, afirma.
En los últimos años, Vorachek ha participado en el Consejo de Leyendas, un grupo de ingenieros de Goodyear ya jubilados que han asesorado al contratista aeroespacial Lockheed-Martin Corp. en la construcción de un dirigible para el ejército de EEUU.
Lockheed-Martin, que ahora es propietario de las antiguas instalaciones de Goodyear Aerospace en Akron, encabeza un programa del Pentágono para desarrollar una nueva generación de dirigibles sin tripulación que volarían a una altitud superior a los 60.000 pies de altura y que permanecerían en el aire por 10 años. Estos aparatos permitirían una vigilancia permanente de un perímetro de hasta 1.000 kilómetros. Para Lockheed-Martin, el proyecto Dirigible de Gran Altitud, con un coste de 400 millones de dólares, ofrecería “posibilidades similares a las de un satélite pero a una fracción de su coste”.»
2009-06-20 11:24
Un apunte: entiendo que “zepelines” es el plural correcto, una vez que la RAE reconoce “zepelín”, así, con tilde, castellanizándolo.
Saludos