Afortunadamente, cuando el poder legislativo pierde el norte, la democracia aún dispone de mecanismos de seguridad. Y la francesa, más. Enrique Dans analiza las consecuencias de la decisión del Constitucional francés, en la que se reconoce el acceso a la información como un derecho humano básico. Creo que en el futuro se habrá de recordar como un hito fundamental en la construcción de la sociedad de la información.
«No, no será éste el último intento por recortar nuestras libertades más básicas en Internet. Pero al menos, tras la sentencia del Tribunal Constitucional francés, sabremos que quien lo intente, se estará poniendo en contra de la mismísima Declaración Universal de los Derechos Humanos. Que no está nada mal.»