Profuso análisis de Román Gubern de la cultura que emerge en la transición española, con el destape, la apertura política, la eliminación de la censura y el nacimiento de las _movidas: La fiesta de la cultura.
«La literatura, el teatro y el cine, que tan profusamente abordaron en esos años el tema de la Guerra civil, constituyeron bien una indagación acerca del “trauma fundacional” de la dictadura, bien un ejercicio de “reconocimiento histórico”. Las nutridas evocaciones cinematográficas de la guerra quebraron los mitos y estereotipos políticos del franquismo, dando la palabra a los derrotados, pero no pudieron ser complacientes ni triunfalistas, porque el bando antifascista perdió la contienda. Por otra parte, debido a su edad, sus directores carecían de una memoria personal de los hechos, por lo que con frecuencia adaptaron textos de quienes los vivieron. Tal fue el caso de Retrato de familia (1976) de Antonio Giménez Rico, basada en Mi idolatrado hijo Sisí (1953) de Miguel Delibes, film épico y desmitificador situado en la retaguardia de la burguesía franquista en Castilla, en cierto modo simétrico del contemporáneo Las largas vacaciones del 36, de Jaime Camino, ambientado en la retaguardia republicana y rural de Cataluña cuyo final, que mostraba su ocupación por la caballería mora de Franco, fue amputado por la censura. Soldados (1977), de Alfonso Ungría, derivó de Las buenas intenciones (1954) de Max Aub, y La Placa del Diamant (1982), de Francesc Betriu, de la novela homónima de Mercé Rodoreda de 1962, mientras el veterano Josep María Forn rindió homenaje al presidente de la Generalitat , fusilado en 1940 en Companys, proceso a Cataluña (1979). Aunque lo más valioso de este ciclo correspondió al género documental, con títulos como Canciones para después de una guerra (1971), bloqueada por la censura franquista, y Caudillo (1976), ambos de Basilio Martín Patino, y los testimonios de protagonistas de aquel período contenidos en el amplio fresco político La vieja memoria (1977), de Jaime Camino; en el alegato anarquista ¿Por qué perdimos la guerra? (1977) de Diego Santillán (hijo del dirigente anarcosindicalista Diago Abad de Santillán y Luis Galindo; en Raza, el espíritu de Franco (1977) de Gonzalo Herralde y con la participación de Pilar Franco, y Dolores (1980), homenaje a Dolores Ibárruri por parte de José Luis García Sánchez y Andrés Linares.»