El artículo de Hans Erik Naess es un poco difuso, pero apunta cosas de interés: ¿trabaja la Unión Europea para apoyar la cultura pop? ¿No se merece esta una mayor atención como posible unificador europeo? Subyace, claro, la oposición entre alta y baja cultura: ¿Qué has hecho con la cultura pop, UE?.
«Los que piensen que no, se equivocan: la cultura pop ocupa un lugar primordial en cualquier sociedad, en especial ligada a los valores básicos de la UE: diversidad cultural y diálogo intercultural, cultura como catálisis de creatividad y como componente clave de las relaciones internacionales. En su libro de 2005, Populärkultur (Cultura Popuklar), el sociólogo sueco Simon Lindgren enumera algunas cualidades esenciales del movimiento pop contemporáneo: es comercial, fácilmente adquirible, más fácil de comprender que la ópera, por ejemplo, y está ligada al entretenimiento y al ocio. Además, es popular en el sentido más estricto de la palabra: le da a mucha gente lo que busca, y satisface diferentes necesidades culturales.»