Oscar Fornet nos recupera del olvido esta maravillosa crónica que hizo el escritor italiano Dino Buzzati hace sesenta años sobre la mítica escapada del ciclista Fausto Coppi en la etapa de Sestrieres del Giro de Italia de 1949. La crónica que no será.
«Esta etapa, que devora a los hombres –“jamás habíamos visto una prueba ciclista tan terrible”, decían esta tarde los técnicos más expertos- comenzó en un valle triste, bajo la lluvia, bajo grandes nubes, entre la niebla flotando a ras de suelo, entre un clima de malestar, una atmósfera depresiva. Arropados por sus impermeables, los corredores, como para protegerse de este tiempo hostil, se apretaban unos contra otros, y juntos se arrastraban en la escensión del valle de Stura como orondos y letárgicos caracoles. Misteriosamente, el otoño ha llegado, la ruta está desierta; Pudiera ser que ya no encontráramos más pueblos, ni criaturas humanas. […] Este era el espíritu reinante. De vez en cuando, la cortina de niebla se abría , dejando entrever las lejanas cimas negruzcas. Aunque destellos blancos nos recordaban que en ciertos lugares de esta tierra, pudiera ser, resplandecía el sol.»