Ayer ha entrado en vigor la
LSSI. El resultado es que en las últimas semanas han sido decenas las iniciativas de particulares que han dado por concluidos sus proyectos y muchas las páginas que han cerrado por miedo a las consecuencias. La razón es básicamente que esta Ley nos retrotrae al más puro estilo del salvaje oeste: primero dispara y después pregunta. Y permite a la Administración, sin juez mediante, cerrar
preventivamente un sitio web: “La normativa que pretende instaurarse mediante la Directiva de Comercio Electrónico y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSICE) constituye el mayor ataque sufrido contra la Internet libre desde los tiempos de la CDA norteamericana y supone un grave riesgo para el desarrollo pleno de una Sociedad en Red, que permita una progresión social y cultural, basada en la diversidad y en los principios democráticos.”
La ley de internet.