¡No nos encierren! es el grito que articula
Naomi Klein cuando denuncia la proliferación de vallas y jaulas
virtuales y reales que está provocando el proceso de globalización; porque si bien el mensaje publicitario es el de que “la globalización, se dijo, rompería barreras -de comercio, comunicación, prosperidad”. Lo cierto es que está construyendo nuevas barreras, más represivas y enajenantes. Pero, como nos recuerda Klein,
podemos abrir las ventanas, si sabemos como.