Me ha parecido curiosa esta historia de Antonio Martínez Ron sobre el asalto a la cámara de rocas lunares realizado en julio de 2002. No sé si los 6 años de cárcel compensaron la aventura, pero ahí están los hechos, aunque quedan algunos puntos oscuros.
«Protegida por enormes medidas de seguridad, una cámara acorazada del centro espacial Lyndon B. Johnson de Houston alberga la mayor parte de los más de 300 kilos de rocas lunares recogidas por los astronautas de las seis misiones Apolo. En julio de 2002, un joven estudiante de la NASA y su novia consiguieron penetrar en el interior de la cámara, hacerse con una muestra de material lunar y escapar del recinto sin ser advertidos. Unas horas después, hacían el amor en la cama de un motel rodeados de polvo lunar.»