En El color luminoso de Pierre Bonnard Miguel Ángel Muñoz reivindica la figura del pintor francés —frente al desdén contemporáneo de artistias como Picaso— como la de un maestro en el uso del color y de la luz.
«Para Bonnard, pensar en pintura no es sino intensificar el valor de cada gama cromática, su densidad y transparencia. Biografía y autobiografía se entrecruzan en el acto pictórico que condensan las obras. El arte de Bonnard es complejo. “Elija el mejor artista de nuestro tiempo –preguntaron a Balthus–, ¿Bonnard o Matisse?” “Bonnard ¡Para qué más! El color se razona mejor que el dibujo”, repetía nuestro artista a su sobrino Terrase. No es casual que se haya convertido en el enemigo declarado del mecanicismo de la historiografía lineal que sitúa en las secuencias de influencias y negaciones el proceso de lo nuevo. El desdén de Picasso hacia la pintura de Bonnard pone el dedo en la llaga de una intensidad mal comprendida en tiempos de frentes y batallas estéticas.»