Javier Celaya analiza el último artefacto de impresión bajo demanda, todavía imperfecto, pero con unas enormes posibilidades: Impresión Bajo Demanda. El lector decide.
«¿Cuáles pueden ser algunas de las ventajas de este aparato, y para quiénes? La primera es que las librerías y bibliotecas van a tener un fondo ilimitado de títulos a disposición del lector –siempre y cuando editoriales y bibliotecas terminen de digitalizar sus fondos-, luego los títulos descatalogados van a terminar por desaparecer. Directamente, el primer favorecido es el lector, que es quien demanda los libros y quien decide qué libro desea. El lector se acerca directamente el punto de venta sin intermediarios, una clara ventaja a favor del editor, que prescinde de intermediarios, uno de los principales beneficios de la Impresión Bajo Demanda.»