Coltrane, Joyce, Beckett llevaron el arte a un punto al que los demás sólo podemos llegar siguiendo sus huellas, un acantilado que para ellos es una invitación al vuelo y para nosotros el vértigo. Más o menos eso dice Portnoy en Punto muerto.
«Tal vez Coltrane no acabó con la música. Tal vez lo que encerraba su cabeza abría nuevas puertas, pero él sólo pudo enseñarnos en que dirección se encontraba la puerta. Tal vez Joyce llegó a entreabrir la puerta. Lo que es seguro es que Beckett vio lo que había más allá y volvió para contárnoslo. Pero, como le ocurre a todo visionario, a Beckett se le ha ignorado sistemáticamente a lo largo del siglo XX, y aún ahora.
Nada sin Beckett, debería ser nuestro lema.
No hay voluntad de exploración. Si acaso tímidos intentos que se repiten una y otra vez, pero no hay nada que se aproxime a la rotundidad narrativa de Beckett.
Repetimos una y otra vez los mismos errores del pasado.»
2009-04-28 08:17
Tu los has dicho: sólo tímidos intentos; estoy de acuerdo, de eso tan bueno ya no se ve.
Un saludo.