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Socialismo de pago

Zapatero acaba de despejar el camino de la TDT de pago, una concesión más a la mercantilización de la cultura. Cuando la TDT todavía no había despegado ya tiene su oferta gratuita sentenciada a muerte. Javier Pérez de Albéniz lo explica en Socialismo de pago.

«La suerte está echada. ¿Saben cuál es el futuro de esta última reforma audiovisual del minúsculo Zapatero? Pues que la TDT de pago estará en marcha de inmediato, antes de que entre en vigor la Ley General Audiovisual, el instrumento que debería haber definido su puesta en marcha. Y que Roures tendrá su canal de pago para la próxima liga de fútbol: por fin comenzará a rentabilizar el desembolso realizado en derechos deportivos. Los espectadores futboleros tendremos que pagarle por ver los partidos, lo cual no es una novedad. Es sólo un cambio de camello (Roures por Polanco).

Pero lo peor no es eso. El auténtico desastre es que la televisión en abierto, la gratuita, se irá deteriorando progresivamente, será cada vez de peor calidad. Los programas dignos, los documentales de actualidad, las buenas películas, los deportes interesantes, se emitirán en cadenas de pago.»

Marcos Taracido | 09/04/2009 | Artículos | Televisión

Comentarios

  1. gsc
    2009-04-09 15:26

    La conclusión a la que llega (“El auténtico desastre es que la televisión en abierto, la gratuita, se irá deteriorando progresivamente, será cada vez de peor calidad.”) me parece un poco absurda. La televisión en abierto, por lo menos ahora, no tiene malos contenidos por que los buenos solo se sirven previo pago, sino por que los buenos contenidos no entran dentro de su plan de negocio. Venden más anuncios programando la serie nacional cutre y simplona de turno, que la última delicatessen importada de la HBO, aunque seguramente programar la segunda sería más barato que “elaborar” la primera.

    Al introducir la posibilidad de cobrar por el contenido, se abre otra vía distinta de negocio: ya sea vender calidad a minorías a un precio que la haga rentable o exclusividad (que tiene un precio). Al final volvemos a la pregunta de siempre: ¿se puede hacer calidad para las masas, de forma que sea rentable? Hay ejemplos de que sí, pero creo que es irrealista pretender que TODA la cultura pueda ser masiva. Ahí es donde debería de entrar la televisión pública, haciéndose cargo de cierto contenido minoritairo. Esto no consiste en producir películas españolas, sino en programas de divulgación y cierto tipo de informativos o programas temáticos. Por ejemplo, entrevistando a Chomsky. Eso sí sería algo parecido al socialismo, no el “todo gratis”.


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