Jorge Semprún, uno de los personajes más interesantes de la lucha contra el franquismo, que llegó a ser luego Ministro de Cultura, habló hace unos días en el Senado ante antiguos compañeros de generación. Y lo hizo recordando a su alter ego, el nombre bajo el que se escondió durante tantos años y que casi le traiciona al principio. Nos lo contó Juan Cruz: Federico Sánchez vuelve con ustedes… por una noche.
«Movido por la curiosidad, este parroquiano de aire internacional irrumpió en la charla: “¿Y quién es Di Stéfano?”
Se hizo alrededor un silencio denso, y hasta se paró el humo. De pronto, Federico Sánchez se dio cuenta de que había metido la pata, y la evidencia inmediata le puso sobre aviso: acababa de mostrar su ignorancia acerca de la existencia del futbolista más importante de todos los tiempos. Al menos en Madrid. Y no saber de fútbol entonces era como desconocer ahora a qué corresponde el diminutivo Pe.
Para cualquiera eso podría ser normal; para Federico Sánchez podría haber supuesto un suicidio. Porque Federico era (y quién no lo sabe ya) el conspirador que a principios de los años cincuenta el Partido Comunista de España envió a Madrid para organizar la oposición al franquismo.»