El Teatro Colón de Buenos Aires lleva casi diez años en proceso de restauración, y cuatro totalmente cerrado al público. Soledad Gallego-Díaz narra la historia de este teatro icónico y la polémica en torno a su restauración, en la que entre otras cosas se teme por la pérdida de una acústica perfecta. El misterio del sonido.
«Desde que se cerró, los sucesivos directores han intentado mantener la actividad, ensayando y dando conciertos en salas alquiladas o produciendo algunas óperas en otros teatros de la provincia, que justificaran el continuado pago de la larga nómina. El recién nombrado Pedro Pablo García Caffi, por ejemplo, ha anunciado cuatro producciones de ópera para esta temporada, entre ellas, Orfeo y Eurídice y El rapto del Serrallo. El anterior, el dimitido Horacio Sanguinetti, que resistió de diciembre de 2007 a enero de 2009, había planteado siete.
Si hay que hacer caso al ministro de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires, el arquitecto Daniel Chaín, el cierre del teatro no ayudó a dar un empujón a las obras. Chaín, que forma parte del equipo del intendente Mauricio Macri, elegido en diciembre de 2007, acudió a la asamblea local para quejarse de lo que se había encontrado: “Está claro que el Master Plan fracasó. Dentro del teatro hay una especie de torre de Babel, en la que veinte empresas, con veinte obras empezadas, se chocan unas con otras”.»