Es interesante el artículo de Antoni Gutiérrez-Rubí Cara y cruz de Bibiana Aído, y no por el análisis que haga de la figura de la ministra, sino por el acento que pone en destacar y reflexionar sobre el hecho de que todo lo bueno y lo malo que hay en torno a ella emana de su condición de política 2.0, un ejemplo de las nuevas generaciones en red.
«Pero hay otra hipótesis posible: Bibiana Aído conecta con lo emergente porque forma parte de lo nuevo. Su estilo, su actitud, su presencia… sus temas son los temas de buena parte de la Sociedad Red. Es la ministra más joven de nuestra democracia. Ha mantenido su blog, a pesar de las responsabilidades de su cargo, (el 80% de los políticos que crearon el suyo durante las pasadas elecciones lo abandonaron poco después) y lleva acumuladas centenares de miles de visitas. Postea (escribe) con regularidad sobre política, sobre su ciudad y sobre muchas de las preocupaciones que comparte con gran parte de los electores (colectivos jóvenes, progresistas y feministas) a los que trata, primero, como lectores. Ella y otros jóvenes representantes políticos, como los diputados Eduardo Madina (PSOE), Jorge Moragas (PP) o Raül Romeva (IC-V), entre otros, no conciben ya su acción política al margen de su identidad y su actividad en la Red.»