Miguel Santa Olalla se pregunta muy oportunamente qué significa la Liberación sexual y advierte sobre lo que hay en la liberación de imposibilidad de escape: se trata de atarse a un nuevo paradigma dictado por otros.
«¿Qué opción le queda al sujeto? Probablemente no demasiadas. A lo más que podemos aspirar es a sabernos sujetos y por tanto sujetados, es decir, a tomar conciencia de los mecanismos y resortes políticos, económicos, culturales y religiosos que ejercen su poder sobre la sexualidad. El sustantivo “liberación” no deja de tener su gracia, en un contexto en el que los cuerpos y las mentalidades son moldeados por el poder. Lo progre está tan “agarrado” como lo conservador, y si aceptamos los planteamientos de Foucault no deberíamos perder de vista esta circunstancia: son otros los que nos hacen.»