Curioso el caso de Ern Malley, el poeta que nunca existió y del que dos aficionados escribieron 17 poemas para colárselos a un pope literario en Australia, que los recibió como una obra magna. Artículo de Alber Vázquez.
«Harris, sentado tras la mesa de su despacho, era un hombre que desde muy joven se había hecho con una reputación importante dentro del ambiente literario australiano. Partidario del modernismo, del surrealismo y de media docena más de estupideces terminadas en ismo, encontró la horma de su zapato cuando McAuley y Stewart se sacaron de la manga un escritor, Ern Malley, para, acto seguido, matarlo sin demasiados escrúpulos. Hicieron que pareciera un accidente. Para que no quedaran pruebas. Luego, escribieron diecisiete poemas (toda su obra) y se los enviaron a Harris bajo el título de The Darkening Ecliptic. En realidad, el envío lo hacía la hermana de Malley, obviamente también inventada. Que a ver qué le parecía lo de su hermano. Que tenía las cuartillas por casa y que no sabía qué hacer con ellas. Que si valían algo.»