Carlos Taibo afronta el anuncio de la retirada de los militares españoles de Kosovo desde dos vertientes: por un lado, su rechazo al intervencionismo humanitario (primera línea de defensa, según él), y por otro las razones internas del Gobierno: evitar a toda costa cualquier apariencia de apoyo a independencias nacionalistas. Los soldados de Kosovo.
«¿Por qué el Gobierno español, tan cómoda e interesadamente entregado de siempre a la aceptación de todos los tópicos sobre el intervencionismo humanitario, asume en este caso, y contra corriente, una medida de retirada de soldados? La respuesta es sencilla: porque le preocupa el eco que una aceptación de la independencia de Kosovo pueda tener sobre la trifulca interna que, entre nosotros, nace de la existencia de discursos nacionalistas contestatarios que afectan ante todo a Cataluña, el País Vasco y Galicia. Dejemos las cosas claras: en lo que se antoja ilustración suficiente de su precario compromiso con la condición presuntamente humanitaria del intervencionismo que despliegan, a nuestros gobernantes Kosovo les trae por completo sin cuidado. Tal vez eso es lo que viene a explicar por qué su posición, sin fisuras, es tan contundente y por qué, y en paralelo, se esquivan las cuestiones delicadas.»
2009-03-28 23:36
Cualquier medida a favor del no intervencionismo me parece plausible y si es por parte de mi gobierno, aún más. Detesto los maximalismos del tipo “ni España es ningún pilar importante en nada ni la presencia, o la ausencia, de sus soldados en Kosovo va a alterar un ápice los desequilibrios internacionales del momento”. Lo de “pilar importante” porque responde a un concepto belicista y podericista de las relaciones internacionales que no es el mío y porque la retirada de tropas altera, y no poco, ese latir castrense de la vida militar de todo el resto que aún se queda ahí. Para lo bueno, nadie quiere ser el último.