Mariano José de Larra cumple doscientos años y la mitad de sus textos los podría haber escrito ayer. En cualquier caso recuperemos el más clásico de todos ellos, el famoso tratado sobre la burocracia, vigente, vigentísimo. Vuelva usted mañana
«—Vuelva usted mañana —nos respondió la criada—, porque el señor no se ha levantado todavía.
—Vuelva usted mañana —nos dijo al siguiente día—, porque el amo acaba de salir.
—Vuelva usted mañana —nos respondió al otro—, porque el amo está durmiendo la siesta.
—Vuelva usted mañana —nos respondió el lunes siguiente—, porque hoy ha ido a los toros.
—¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y «Vuelva usted mañana —nos dijo—, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio».
A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz, y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.»