Dentro del proceso general de criminalización de la sociedad se enmarca el anteproyecto de la nueva Ley de Extranjería, un endurecimiento que no se corresponde con un gobierno que se quiere llamar de izquierdas. Vicente Romero habla de eso en Mis amigos delincuentes.
«En el futuro su amor por los demás será considerado como ‘infracción grave’, cuando se apruebe el anteproyecto ‘socialista’ (¡!) de reforma de la Ley de Extranjería. Entonces podrá ser acusado de ‘promover la permanencia irregular en España’ de extranjeros sin papeles. No faltarán evidencias de contumacia en su actitud y podrán caerle 10.000 euros de sanción.
¿Y qué decir de mis amigos de Karibú? Porque esta ONG madrileña —como otras en distintas partes de España— se dedica a ayudar a los numerosos inmigrantes que nuestra democrática administración abandona a su suerte y, al no ser capaz de ejecutar las órdenes de expulsión que pesan sobre ellos, los condena a vagar sin posibilidad de ganarse la vida al carecer de papeles.»