Gervasio Sánchez nos habla de El Salvador, ese país anclado en una dinámica de violencia continuada y sumergido en un estado permanente de posguerra llena de oscuridad y pocas esperanzas. Ahora se enfrentan a unas elecciones generales. El Salvador: la larga posguerra.
«La antigua guerrilla del Farabundo Marti de Liberación Nacional (FMLN), reconvertida en un partido político con similar nombre, se presenta con una curiosa fórmula política: un prestigioso y popular periodista llamado Maurico Funes se acompaña de uno de los cinco jefes guerrilleros, Salvador Sánchez Cerén, y al mismo tiempo se rodea de ‘sus amigos’, entre los que hay algunos derechistas de muy dudoso pasado.
La Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que lleva dos décadas gobernando el país, se apoya en Rodolfo Ávila, un candidato incapaz de disminuir la violencia cotidiana mientras dirigió la Policía Nacional Civil, el principal cuerpo de seguridad salvadoreño. Un discurso insulso y sin apenas ideas va arropado por una potente campaña populista, sucia y repleta de descalificaciones que puede volverse en su contra.»