Mariola Moreno traza el periplo de muchos indonesios que emigran de su país para reacalar en pesqueros gallegos en los que cobran 300 euros al mes, con intermediarios que se lucran a su costa y sin poder volver a su país durante años: Esclavos a bordo=.
«Burela (Lugo) ha llorado tres naufragios en menos de cuatro años, en los que han perecido cinco españoles y 14 extranjeros. Cuatro de éstos son indonesios. “La tragedia del ‘Rosamar’ debería haber servido para que los empresarios tomaran conciencia”, dice el alcalde, el socialista Alfredo Llano. El arrastrero Rosamar se hundió en apenas un minuto 24 millas mar adentro, cuando uno de sus aparejos se enganchó con algo bajo las aguas. Los armadores de Burela se niegan a hacer estimaciones sobre los asiáticos que faenan en sus barcos, a pesar de que son una realidad en un pueblo donde el 10 por ciento de los 9.000 vecinos son extranjeros y en cuyo puerto pululan los marineros indonesios. Los asiáticos de Burela “no llegan a integrarse porque están siempre de paso. Siempre van en grupo; son educadísimos y nunca hemos tenido ningún problema con ninguno de ellos”, relata el alcalde Llano, que demanda que se garantice a los marineros salarios idénticos a los españoles “con independencia del país de origen del trabajador”.»