Xosé Carlos Caneiro se hace la cera en la lengua y dice lo que, con más o menos matices, pensamos muchos respecto del voto de los emigrantes: Que no voten, y punto. Y lo dice a raíz del bochornoso espectáculo que están dando en Galicia los partidos políticos a un mes de las elecciones autonómicas.
«Voy a repetir dos sentencias que he escrito en numerosas ocasiones. Lo voy a hacer hoy, precisamente, día en que la Junta Electoral decide si declara válidos los votos de la emigración sin copia de pasaporte o DNI. Las dos sentencias que asumo plenamente son: 1, el voto emigrante es una solemne estafa; 2, los que permiten que la situación no mude con sus sucesivos Gobiernos nos engañan, nos toman por tontos, nos humillan y vulneran el espíritu de la democracia.»
2009-01-30 12:33
En otras palabras, los gallegos de Buenos Aires, por ejemplo, ya no son gallegos. Para serlo hay que vivir en Galicia. Así damos por terminada cualquier relación real de ciudadanía con los emigrantes.
Galicia los ha reconocido como suyos desde el principio de la democracia: un reconocimiento de la circunstancia histórica y económica que ha vivido el país. Robarles el voto a los emigrantes es negarles su condición de gallegos. ¿Qué pasaría si esos ya-no-gallegos retiraran sus inversiones en Galicia? Más paro en la Comunidad y, quizá, más emigración, aunque sólo sea a otras partes de España.
Que el voto esté mal administrado, que sea corrupto, no es culpa de ellos, sino una falta de voluntad política de hacer las cosas bien.
También se ha dicho que el tratamiento más eficaz para un dolor de cabeza es la guillotina.
2009-01-30 17:50
No es tan sencillo, Roger. El problema no son esos emigrantes que mantienen lazos con Galicia y contribuyen y participan de algún modo; el problema son los muchos que hace décadas perdieron todo contacto, descendientes incluso de emigrantes que ni han estado en Galicia ni tienen contacto alguno, pero sí pueden votar. No me parece muy apropiado que este tipo de electores puedan decidir quién gobierna en Galicia. Se trataría, por tanto, de arreglar el sistema de voto emigrante, tanto en la forma como en quién puede y quién no puede votar.
Saludos
2009-01-31 12:15
Vale, pero de lo que tú dices a decir que no voten hay un trecho enorme, un abismo. Si el problema es uno de censo, entonces la solución está en las instituciones, para lo cual hace falta voluntad política.
Pero hay otro problema, que es el que me interesa recalcar. Si Galicia pisa el derecho ciudadano de los emigrantes, entonces borra una parte importante de su historia y de su presente. ¿Y con qué cara se afronta el imaginario nacional si la nacionalidad ha sido borrada? Máxime, si la causa es la corrupción en las instituciones gallegas.
Saludos