Miguel Santa Olalla, El animal que fabula, sobre la cualidad intrénsica de la fantasía en el ser humano, sobre cómo la ficción forma parte del homo desde que lo es.
«Lamentablemente, nos han enseñado que la ciencia es razón, que crece alejada de la subjetividad, del sentimiento o la pasión. ¿Cómo eliminar este prejuicio tan moderno como hundido en un sistema educativo que parte a la mitad a quien se adentra en sus entrañas? Difícil misión. Somos el animal que fabula (verbo relacionado con el hablar, por cierto), que sueña, que imagina. Necesitamos de Homero tanto como de Arquímedes, de Neruda lo mismo que de Einstein o Planck.»