Con Obama electo ahora empezarán las decepciones. Antoni Gutiérrez-Rubí apunta a una de ellas: no se podrá afrontar ningún cambio económico sin un cambio radical de la cultura empresarial hacia posturas lejanas a salvaje libre mercado de los últimos años. Obama y los empresarios del cambio.
«Los cambios económicos que Obama y su nuevo equipo pretenden serán irrealizables sin una nueva “cultura empresarial”. El cuestionado liderazgo económico de Estados Unidos se enfrenta a serios problemas de credibilidad y legitimidad. El fraude de Enron, como ejemplo de los problemas de hace sólo unos pocos años, ha quedado en un juego de niños frente a la profunda crisis que se abre entre las hipotecas subprime y la codicia del truhán Madoff. Una industria pesada agonizante, unas finanzas bancarias podridas parcialmente por activos basura y una avaricia sin límite de las élites sociales y económicas. Con estos cimientos, el cambio de Obama no tiene una base sólida.»