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Dentro de poco podremos vivir mil años

Dentro de poco podremos vivir mil años: el que afirma esto no es un científico ni un médico, sino un ingeniero informático especializado en análisis de datos genéticos, Aubrey de Grey. Él cree que esto será posible en veinticinco o treinta años si hay suerte y voluntad de investigación; si no, en unos cien años se conseguirá —yo, francamente, me alegro de no pillar el adelanto de una vida taaan larga.

«En la vida futura imaginada por De Grey no se alargan todas las edades de una manera proporcional. Seguirá habiendo bebés, niños y jóvenes, pero cuando se alcance la madurez ya no se envejecerá más. “Podremos permanecer en el estado físico de los 25 o 30 años tanto tiempo como vivamos —dice—. Nunca tendremos el declive que se produce a partir de entonces”. Para mantenerse a punto, eso sí, los hombres pasarán cada 5 o 10 años una especie de ITV que les sustituirá tejidos u órganos envejecidos. “Fuimos diseñados para vivir 80 o 100 años, pero, como si fuéramos un coche al que se le van cambiando las piezas, lograremos vivir mucho más”.
“Creo que tenemos un 50% de probabilidades de lograr el objetivo en 25 o 30 años, siempre y cuando la investigación esté bien financiada y se empiece pronto. Si no hay suerte, está claro que podrían ser 100 años, pero yo soy optimista: los niños actuales igual lo disfrutan”. No fumar, cuidar el peso, hacer ejercicio y otros factores ligados al estilo de vida ayudan a prolongar la vida y a acercarla al máximo potencial, explica De Grey. Sin embargo, aunque ya se ha logrado duplicar la longevidad de ratones mediante dietas hipocalóricas y medicina regenerativa, al investigador no le apasiona esa línea. Con una vida saludable, insiste “solo podremos llegar a 120 o 140 años”.
“Hay cosas que causan lesiones que no son negociables, que no las podemos evitar. Por ejemplo, hemos de respirar aunque eso dé alas inevitablemente a la oxidación y los radicales libres”. “Es posible que parte del trabajo consista en ingeniería de tejidos y en creación de órganos de forma artificial —prosigue—, pero yo creo que la mayor parte de las terapias no utilizarán cirugía. Un ejemplo serían las células madre que son inyectadas en la sangre y que se dirigen al órgano correcto para hacer una reparación”. O también los genes creados por ingeniería que incluyen información para reparar órganos sin tener que cambiarlos.
En su opinión, el envejecimiento no tiene ninguna función en la evolución. “No es necesario —resume—. En la naturaleza, ningún animal llega a viejo porque antes muere de hambre o a manos de un depredador”. De hecho, podría decirse que envejecer es un invento humano. Por cierto, ¿qué haremos con tantos años de tiempo libre? “No tengo ni idea —concluye De Grey—, pero sí sé que este es el tipo de problema que me gustaría tener. Si he de elegir entre tener que morir de cáncer o aburrirme, prefiero lo segundo”.»

Ana Lorenzo | 20/01/2009 | Artículos | Ciencia

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