Alejandro Arteche reconstruye la historia de Motown, la primera discográfica dirigida exclusivamente por negros y que influyó en la práctica totalidad de la música popular posterior: El sonido de la joven América cumple medio siglo.
«Decepcionado de cómo trataban sus composiciones las discográficas blancas que, además de grabarlas no de la manera que a él le gustaban, se lucraban con las ventas de discos mientras que él recibía una miseria, decidió crear su propia discográfica. Con un préstamo de 800 dólares en 1959 Berry Gordy creaba Tamla-Motown. Tamla por la canción de Debbie Reynolds ‘Tammy’s in love’ que estaba de moda en la época y Motown por el apodo que recibía Detroit de ‘motor town’ al estar establecido allí la industria de fabricación de automóviles. Había nacido la primera discográfica dirigida exclusivamente por negros. En una destartalada casa del West Grand Boulevard (la misma que se reproduce en la caja conmemorativa editaba estas navidades) y con sus hermanos como ayudantes para todo, comenzó el negocio. Daba igual que no supieran de música, era una empresa familiar y había que trabajar en ella para levantarla. Con argumentos como “no tiene por qué gustarte la música, basta con que recuerdes los nombres”, poco a poco toda la familia fue instalándose en el negocio. Hasta uno de sus hermanos abandonó su trabajo en correos para comenzar como aprendiz de ingeniero de sonido, llegándose a convertir en el primer ingeniero de sonido en estéreo del sello.»