Walden Bello apunta las nuevas estrategias del liberalismo para reforzarse tras la crisis y llama a la izquierda a reformarse y aportar soluciones constructivas e imaginativas: El nuevo consenso capitalista en ciernes.
«Sin embargo, un nuevo keynesianismo nacional conforme a las líneas de Sarkozy no es la única alternative de que disponen las elites. Dada la necesidad de legitimación global para promover sus intereses en un mundo cuyo equilibrio de poder se está desplazando hacia el Sur, a las elites occidentales podría resultarles más atractivo un vástago de la socialdemocracia europea y del liberalismo New Deal que podríamos llamar “Socialdemocracia Global”, o SDG.
Antes incluso de que se desarrollara por completo la actual crisis financiera, los partidarios de la SDG ya habían empezado a adelantarla como una alternativa a la globalización neoliberal, respondiendo a las cuitas y a las tensiones provocadas por esta última. Una personalidad vinculada a la SDG es el actual primer ministro británico, Gordon Brown, quien encabezó la respuesta europea al desplome financiero abogando por la nacionalización parcial de los bancos. Considerado por mucha gente el padrino de la campaña “Convirtamos la pobreza en historia” en el Reino Unido, Brown, siendo todavía el canciller de finanzas británico, propuso lo que llamó una “capitalismo fundado en la alianza” entre el mercado y las instituciones estatales, capaz de reproducir a escala global lo que, según él, habría hecho Franklin Delano Roosevelt a escala económica nacional, a saber: “garantizar los beneficios generados por el mercado y, a la par, domar los excesos de éste”. Se trataría, según Brown, de un sistema que “incorporaría todos los beneficios de los mercados y de los flujos de capitales globales, minimizaría los riesgos de crisis y desplomes, maximizaría las oportunidades de todos y sostendría a los más vulnerables. Significaría, en una palabra, restaurar, a escala económica mundial, el empeño y los elevados ideales públicos”.»