En La aventura colonial Mario Vargas Llosa cuenta la historia de cómo en pleno imperialismo del siglo XIX el rey belga Leopoldo II consiguió que le fuese regalada la mayor colonia africana y de cómo exterminó a 10 millones de congoleños con total impunidad.
«A diferencia de otras colonizaciones, en que los invadidos resistieron de alguna forma al colonizador, en el Congo prácticamente no hubo resistencia. Los congoleses no tuvieron tiempo ni posibilidades de resistir a un sistema que cayó sobre ellos —una miríada de culturas y pueblos desconectados entre sí— como una malla inflexible en la que perdieron, desde el principio, toda libertad de iniciativa y movimiento, y en el que fueron sometidos a una explotación inicua, las 24 horas del día, hasta su extinción. Los castigos, para los recolectores que no entregaban el mínimo exigido de látex, eran brutales. Iban desde los chicotazos y las mutilaciones de manos y pies hasta el exterminio de aldeas enteras, cuando se producían fugas o aquellas comunidades no cumplían con la obligación de alimentar a sus verdugos como éstos esperaban. Hace un año que leo testimonios diversos de misioneros, viajeros, aventureros o de los propios colonos y todavía no me cabe en la cabeza que fuera posible una monstruosidad tan atroz, un genocidio en cámara lenta semejante, sin que el mundo llamado civilizado se diera por enterado.»
2009-01-10 11:59
Hola,
Estos enlaces los pongo por colaborar con un cooperante que trabaja en North Kivu que cada cual saque sus conclusiones:
* La aventura colonial
* Un kilo de coltán cuesta la vida a dos niños
* Con cada cambio de móvil matas un negrito
Un saludo