José A. Pérez se hace eco de la noticia imbécil de la semana (ya saben, dentro de ese listado están el café de Zapatero, los calcetines de Esperanza Aguirre o llamar José Luis a Josep Lluis): el traje de smoking anti-protocolo que usó la ministra Carme Chacón el día de la pascua militar. Democracia de corbata.
«Hay quien dice que este tipo de polémicas están vacías de contenido, que son cortinas de humo para desviar la atención de lo realmente importante (guerra, muerte, crisis…). Disiento por dos motivos. Primero, porque estas polémicas nacen en la calle antes que en los medios de comunicación (ayer, durante la retransmisión del acto, la persona que tenía a mi lado exclamó: “¡Pero qué lleva ésa puesto!”), y segundo, porque polémicas como ésta no están, en absoluto, vacías de contenido. Porque, como ya dejaron claro las vanguardias, forma es fondo y viceversa.
Carme Chacón no cogió lo primero que encontró en el armario. Carme Chacón fue consciente de lo que hacía y de los comentarios que acarrearía. Sabía que más de un mojigato opinaría al respecto, pero pensó, como pensamos otros muchos, que el día que tomemos en serio las opiniones estéticas de los mojigatos será un buen momento para abandonar el país. Ni que decir tiene que los mojigatos son asimismo los menos adecuados para opinar sobre avances sociales (en fondo y forma).»
2009-01-09 17:50
Pues mira, sí y no. Hay una cosa obiva que no se puede negar (sea bueno, malo o regular): se vistió así para llamar la atención. Y el articulista cae un poco en lo mismo que denuncia: ¿diría de un ministro, como dice de la ministra, que estaba muy guapo?
Saludos