Se agradece que, al menos, se hable de poesía; o se ladre. Yo, sinceramente, tengo ganas de leerme
Las ínsulas extrañas (que no comprarme: ¡35!), pero me divierte mucho ver la que se está montando: viva señal de en qué estado cultural vive España.
José-Carlos Mainer hace un buen resumen de cuales son las virtudes y los vicios que se le achacan a esta antología de poesía en español de los últimos 50 años:
Ínsulas en orden de combate. Lo único seguro es que sus autores, buscando o no la polémica, van a vender más ediciones que de un libro de Antonio Gala. ¡Ajjjjj!