Vicente Boix recuerda la irrupción de las empresas bananeras y de frutas exóticas en latinoamérica para arrasar con los campos y los modos de vida e instaurar una modernidad supérflua y caduca que tiene su estela en la actual crisis alimentaria: De la república bananera a la crisis alimentaria.
«Vistos los acontecimientos de los últimos años, sí, posiblemente algo esté cambiando. Estas empresas perdieron poder efectivo sobre los países y a la vez éstos, poco a poco, renunciaron a ser el patio trasero de nadie. Aun así, también es muy cierto que si Henry pudiera resucitar y sentarse en su escritorio a la luz del candil, podría crear nuevas repúblicas para sus cuentos: “Las repúblicas sojeras”, “Las repúblicas independientes de los agro-combustibles”, “las repúblicas de la palma”, “las repúblicas eucalípticas”, “las repúblicas algodoneras” e incluso “la federación internacional de repúblicas modificadas genéticamente”. Tendría que limar la influencia de las agro-exportadoras, otorgándola a terratenientes sin fronteras. También a monarcas y aristócratas sin oficio ni beneficio. Debería incorporar en sus historietas a la OMC, al FMI, mezclar bananos con tratados de libre comercio, ajustes y reajustes. Sustituir dictaduras militares por democracias virtuales. En pocas palabras, le correspondería actualizarse.»