En Dos días y dos noches de caos Miguel A. Murado explica con bastante claridad lo ocurrido en los atentados de Bombay, cómo un puñado de terroristas tuvieron en jaque a una de las ciudades más extensas del mundo y asesinaron a cerca de 200 personas.
«Los terroristas se separaron y en veinte minutos estaban ya en sus objetivos. Dos atacaron la estación de ferrocarril de Shivaji, donde les resultó fácil causar un gran número de víctimas disparando y lanzando granadas contra la multitud. Fue aquí, entre la gente humilde de Bombay, y no en los hoteles de lujo que han dominado la información, donde se produjo mayor número de bajas.
Al mismo tiempo, otros dos grupos ametrallaban el literario Café Leopold y el hospital infantil Cama. La policía reaccionó ya entonces, porque allí perdió la vida el jefe de la brigada antiterrorista y dos atacantes, además de lograrse la detención de otros dos.»