Demetrio Pin recuerda brevemente a Sergei I. Shchukin, dueño de una de las más importantes colecciones de arte contemporáneo del siglo XX y cuyos fondos fueron expropiados por el gobierno de Lenin, quien rechazaba al galerista pero no su gusto. El destino de Sergei Ivanovich Shchukin.
«No sé si era obligado que el propio Lenin firmara este decreto de expropiación. En cualquier caso no es trivial el énfasis que se pone en el elevado valor artístico de las pinturas y su potencialidad de contribuir a la educación general. Piénsese que en ese tiempo todavía muchos museos de las grandes ciudades europeas eran reticentes a exposiciones del arte entonces contemporáneo. Para decirlo claro: Sergei Ivanonovitch Shchukin no era para los revolucionarios uno de los suyos, pero su concepción de lo que era el arte sí era considerada como propia de la Revolución y susceptible de ser amamantada por ella.»