Después de la crisis de los cercanías en Catalunya, la imagen de Renfe quedó públicamente tocada y les está costando recuperarse. Josu Mezo habla de cómo las cosas van mejorando pero aún se mantienen demasiados errores como para que uno pueda confiar plenamente en los ferrocarriles nacionales. Renfe mejora… pero con tropiezos.
«Si usan ustedes cercanías de Renfe con cierta frecuencia, pero no a diario, habrán experimentado probablemente la misma frustración que yo, ya que si quieren comprar varios billetes para el mismo trayecto (no sólo por ahorro, también por comodidad y rapidez para acceder al tren) lo único que Renfe ofrece es un billete de 10 viajes, que caduca al cabo de un mes, se haya usado o no, y sin posibilidad, claro, de reembolso por los viajes no utilizados. Que yo sepa, es la única compañía que tiene una política similar en España, pero ya me contarán ustedes si alguna red de metro o autobuses urbanos o metropolitanos hace algo parecido. Imagino que la única razón es recaudatoria: el que viaje poco, que pague billete completo.»