Manuel Borja-Villel cuenta cómo es posible que la crisis esconómica, que también afecta al mundo del arte y de los museos, pueda provocar que precisamente los movimientos artísticos se vean reforzados y renovados. Al final de la fiesta.
«El ecosistema español no ha sido ajeno a este fenómeno. No ha sido el nuestro un país en el que haya faltado dinero, muchos proyectos han sido fácilmente subvencionados. Siendo esto así, lo normal hubiese sido que mantuviésemos un estatus alto en el panorama artístico internacional. No obstante, cada año solemos asistir a esa especie de jeremiada en la que nos lamentamos de la ausencia de nuestros artistas en el ámbito internacional: ¿Por qué no nos quieren? No es que carezcamos de instituciones. No es que no se apoyen nuestras propuestas. No es que no tengamos comisarios de talla internacional. Tampoco se puede atribuir a la escasez de información de nuestros críticos. ¿Será, como dijera Warhol en otro contexto, que ha habido demasiadas fiestas y, al final, no nos ha quedado tiempo para el arte?»
2008-11-05 17:47
Creo que esta frase da en el clavo:
¿Será, como dijera Warhol en otro contexto, que ha habido demasiadas fiestas y, al final, no nos ha quedado tiempo para el arte?
Con todo, en mi opinión, la situación económica no es el vector que más influye, en España, en la compra de obras de arte. Se presuponía que, en una época de bonanza económica, las ventas de obra de arte a particulares se dispararían: no ha sido así. Han sido cifras más bien modestas. (Ya veremos que pasa en Arco este año, aunque las cifras y estadísticas que manejan sobre le movimiento económico de las galerías son muy poco fiables, las galerías de arte son el paraiso del dinero negro)
Del rollo institicional o la “cultura subvencionada” es tema aparte …