El agricultor en peligro de extinción es un quizás demasiado extenso artículo de Vicent Boix en el que se analizan las causas de la crisis del sector de la naranja en Valencia como un paradigma de los males que acarrea el libre mercado para la agricultura.
«La agricultura valenciana es víctima del libre mercado. Dicha doctrina postula la no intervención del estado en la economía. Esto deriva en que el gobierno no gobierna y no puede plasmar las exigencias y soluciones que desde las asociaciones de agricultores se proponen, dejando a éstos a la deriva. No se pueden establecer precios mínimos, ni frenar los oligopolios y abusos de la distribución, ni crear un fondo de crisis, ni limitar la producción y en general, no se puede intervenir hacia una solución integral de la crisis citrícola. Joan Brusca dejó entrever este punto cuando dijo: “Esa reacción popular contrasta con las de las diversas administraciones que no quieren saber nada del asunto de los precios, echando balones fuera y desviando las culpas hacia otras direcciones como si ellos no fueran gestores públicos de la cosa agraria”.»