Félix Soria se ha cansado de que en general la responsabilidad de los accidentes de tráfico se repartan entre la administración y la “mala suerte” y aboga por un reconocimiento serio de la culpa que tiene la escasa educación vial de miles de conductores. Accidentes de tráfico: casi nadie asume responsabilidades.
«El de la seguridad vial es un mundo que pese a sus probados efectos humanos, sociales y económicos es tratado con asombrosa ligereza por parte de los propios ciudadanos, haciéndose patente ese fatalismo todavía tan arraigado y que pone en boca de demasiada gente expresiones tan absurdas como “¿qué le vamos a hacer?, al fin y al cabo fue accidente”; “¡pobre chaval!, todos hemos sido jóvenes”, “lo hizo sin querer”, o “un despiste lo tiene cualquiera“…
Esta comprobado que la inmensa mayoría de accidentes no son fortuitos, ni fruto de falllos mecánicos, ni debidos al mal estado del vial, ni a causa de las condiciones meteorológicas. Ocurre, eso sí, que lloviendo a cántaros o con hielo en el piso quienes habitualmente circulan a 90 por hora quieren seguir haciéndolo en condiciones adversas; o el empeño de avanzar a la misma velocidad en una recta bien asfaltada que en una vía sinuosa con firme irregular.
Adaptar la marcha a las condiciones de la vía sigue siendo una asignatura de primaria que miles y miles de conductores suspenden. »
2008-10-07 13:44
Muy acertado. Por ejemplo, infracción mayoritaria que no parece remitir: ir pegado al vehículo de delante. Peligrosísimo.
2008-10-07 16:42
Achacar el problema a la imprudencia no es correcto. Creo que un problema adicional que se pasa por alto es la actitud con la que los españoles se ponen al volante: aprovechada, agresiva, competitiva, egoísta, maleducada, intolerante e inflexible. Mucha gente que se te pega al culo mientras circulan a 120 por hora lo hace no por ignorancia sino por auténtico deseo de avasallar.
Yo he conducido muchos años por el Reino Unido y allí es completamente distinto. Allí la conducción es mucho más cívica, y cuando estás esperando para incorporarte en una intersección con mucho tráfico puedes estar tranquilo de que más pronto que tarde alguien te cederá el paso aunque no esté obligado a ello.
En España, desgraciadamente, es el sálvese quien pueda y el me espero hasta el final y me salto la cola que soy más listo que los demás. Quien considere que el español es un pueblo solidario, que vuelva a pensar.