“Cuando ya no hay nada para ganar o perder, sólo queda la dignidad de hacer lo que en verdad tiene cierta sincronía con el deseo” y este es el condicionante que, en palabras de
Carla Guimarâes define la existencia de una expresión creativa de gran calidad en Argentina: el
Teatro de Posguerra , “que en cierto modo, es el teatro de siempre y también la resistencia necesaria para seguir adelante”. Por ello, resulta
más libre, más innovador.