El Domingo pasado, hubo
elecciones en Suecia; y la mayoría de las personas que decidieron ir a votar tuvieron conciencia suficiente para rechazar un giro mayor hacia la derecha, frenando la nefasta tendencia que sopla actualmente en Europa.
Rechazo a la derecha desmenuza la interpretación de los resultados obtenidos, remarcando la posibilidad abierta para continuar una línea de actuación que paulatinamente se está abandonando en otros países de Europa:
“Preservar la salud y la educación, de la especulación y la ganancia de las empresas. Y rescatar el sentido moral del trabajo, que fue uno de los pilares sobre los que se construyó la sociedad sueca”.