Oli habla de un tipo de arma japonesa escalofriante de la Segunda Guerra Mundial que, al menos para mí, me era completamente desconocida. Se trata de los fukuryu, kamikazes submarinos que funcionaban como minas humanas que se arrojaban contra las naves enemigas. Los kamikazes de las profundidades.
«ç;Curiosamente, el Alto Mando Japonés, establecería que las “minas normales” serían poco efectivas, ya que las mismas además de ser estáticas, eran fáciles de detectar. Es así que se implementaría un novedoso y escalofriante sistema: Minas humanas denominadas fukuryu. Buzos kamikazes entrenados para esconderse en el lecho, esperar una embarcación, y tras divisar una de estas bucear hacia la misma y dañarla con una bomba de 15 kilogramos que llevaban adosada a una larga lanza.
Es así que pocos días antes al temido V-J Day en el cual los aliados lanzarían la invasión, al rededor de 4 mil hombres serían entrenados en la base naval de Yokosuka para esta tarea, la cual, estaría bajo la supervición del capitán Shintani.
Si bien su período de existencia sería corto, ya que como todos sabemos Hiroshima y Nagasaki lograrían la rendición incondicional de Japón, durante su corta existencia lograron infringir serios daños a navíos de importancia clave, ataques que, al igual que los realizados por sus contrapartes del aire, serían más efectivos psicológica que estratégicamente.»