Vayan a leer y ver Mis gadgets chiquinofes favoritos y descubrirán que Supersantiego nos muestra cómo la realidad supera la ficción, hasta en las cosas más nimias.
«1º La palabra “gadget” sólo se puede utilizar dignamente si viene precedida de la palabra “inspector”
2º La palabra “gadget”, a pesar de provenir de la lengua del imperio, no implica prestigio alguno respecto a su referente, que en tiempos más felices nunca necesitó de nombre colectivo alguno. Cuando uno se compraba un cacharrito, lo llamaba así: cacharrito, chisme, coso. Lo podréis llamar gadget, pero seguirá siendo eso: ¡un puto cacharrito!
3º Se propone la palabra “chiquinofe”, ya documentada en Internet, y de etimología incierta, para arreglar hasta cierto punto el desaguisado. Sabemos que no nos van a hacer ni caso, pero oye, todo es intentarlo.
A continuación paso a describir mis gadgets favoritos:
[…]»